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sábado, 29 de marzo de 2014

Depresión 
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado de decaimiento y claudicación psicológica y biológica del paciente importante y continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y somáticos (pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de somnolencia, etcétera).
A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los episodios de tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una reacción natural de la persona ante acontecimientos negativos como las situaciones de duelo por la pérdida de un ser querido u otras como divorcios o separaciones; aunque si se prolonga más allá de los seis meses o es tan importante que sea incapacitante puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor.

¿Sufro realmente una depresión?

Se pueden presentar síntomas depresivos ante situaciones que conlleven un fuerte estrés, ya sea de tipo laboral, económico o de relaciones interpersonales, que irán remitiendo paulatinamente a partir de que desaparezca el desencadenante del estrés; es lo que se denomina trastorno adaptativo con estado de ánimo deprimido.
Igualmente hay que descartar las depresiones secundarias, que son aquellas que muestran síntomas depresivos pero que tienen su causa en problemas somáticos o están provocados por ciertos medicamentos.
Se trata de un problema muy frecuente, se estima que afecta a 350 millones de habitantes en todo el mundo, siendo, según la OMS, la primera causa de discapacidad mundial. Sólo en España se considera que la incidencia de trastornos depresivos es de un 5-9% de la población, aproximadamente 1,5 millones de personas, aunque al menos el 10-20% han padecido episodios depresivos en alguna etapa de su vida, en muchos casos nunca han sido diagnosticados ni tratados como tal.
Otro problema habitual en estos pacientes es que se calcula que la mitad de ellos abandona el tratamiento antes de los seis meses que recomiendan los expertos, lo que deriva en mayor número de recaídas y un aumento de las posibilidades de que el trastorno se vuelva crónico.

LA VITAMINA C Y SUS BENEFICIOS

Fresh orange fruit
¡Todas las vitaminas son buenas para la salud! En este caso, hablaremos de la vitamina C, la cual ayuda mucho a nuestro cuerpo. Conozcamos sus diferentes propiedades.
La vitamina C tiene beneficios terapéuticos y sobre todo antioxidantes, además ayuda al cuerpo para que se mantenga saludable. La podemos encontrar en todas las frutas ácidas, por ejemplo el limón, la fresa, la naranja y el camu- camu, son frutas que contienen grandes cantidades de esta vitamina.
El consumo diario de este tipo de frutas ayuda a mantenernos alejados de los virus y bacterias que viven con nosotros. Es por eso, que cuando estamos resfriados el mejor consejo de la abuela o mamá siempre es un té con limón. Por si fuera poco, también ayuda a sanar las heridas.
Además, los cítricos ayudan a quemar la grasa y también a acelerar la digestión. Las cáscaras de todos los frutos cítricos contienen compuestos que favorecen a controlar los niveles de colesterol y azúcar en la sangre. Los antioxidantes ayudan a prevenir cualquier enfermedad ocular degenerativa.
Esta vitamina ayuda a mantener nuestros huesos más fuertes y prevenir la osteoporosis, problema muy común en las personas de mayor edad.
Por ejemplo, la anemia (concentración baja de hemoglobina en la sangre) es una deficiencia que muchos conocemos. El consumo de la vitamina C ayuda a aumentar el apetito, por lo cual para una persona con esta enfermedad puede resultar muy beneficioso.
No cabe duda de que la vitamina C tiene beneficios incontables, al consumirla vamos a sentirnos mejor y nuestro cuerpo lo agradecerá.
¿Sabes algo más de la vitamina C? ¿La consumes normalmente? Déjanos tu comentario.

TIPS PARA GANARLE A NUESTRA ADICCIÓN POR EL AZÚCAR

azucar¿No puedes mantenerte alejado de los alimentos dulces? Hay una razón del por qué. Cuando comes azúcar se estimula la liberación de Dopamina en el cerebro, haciendo que sientas placer. El cerebro reconoce que le gusta la sensación del sabor dulce y comienza a desear más. Sin embargo, no es saludable comer mucha azúcar pues no sólo se traduce en el aumento de peso, sino que se ha llegado a relacionar con enfermedades que aumentan el riesgo de daño renal, enfermedades al corazón e incluso con el cáncer. Aunque sientas que el helado, galletas, kekes y refrescos son tu talón de Aquiles, todavía tienes esperanza para poder disminuir el consumo de azúcar siguiendo estos tips:
Consume regularmente Cromo. El cromo es un oligoelemento esencial que potencia la acción de la insulina e influye en el metabolismo de los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Se ha sugerido que podría utilizarse como complemento para facilitar la pérdida de peso y para mejorar el control del azúcar en la sangre de las personas con diabetes. En general, la carne, los mariscos, el pescado, los huevos, los cereales integrales, los frutos secos y algunas frutas y verduras son fuentes ricas en cromo.
Añadir frutas a las comidas. Mediante la adición de alimentos naturalmente dulces a las comidas, se puede engañar al paladar ya que va a obtener alimentos dulces. Trata de añadir una cucharada de mermelada de frutas a base de yacón en tus sandwichs y de cortar frutas para añadirlas en las ensalada de verduras que ingieras en el almuerzo o la cena. También puedes incluir un puñado de pasas en tu arroz integral, etc. Sólo tenemos que ser un poco creativos para incluir dulce en nuestra alimentación.
Regla de mitad y mitad. Si la mayor parte de azúcar que consumimos día a día proviene de las bebidas como refrescos y jugos envasados, diluirlos con media taza de agua no sería mala idea.  Esto reducirá inmediatamente la ingesta de azúcar a la mitad. Reducir la frecuencia con que ingerimos bebidas azucaradas será más económico y saludable.